Pasó mucho tiempo buscando en sí misma, hasta que lo decidió. Entonces realizó una transacción simple.
Días después, ella se encontraba frente a una puerta con el aldabón en la mano; cuando él respondió, en un gesto dadivoso ella extendió sus manos y dijo:
- Si, parece estar usado y trajinado. Pero pensá en las tantas odiseas sorteadas para llegar hasta aquí. Ya no tiene que irse más, si querés, puede quedarse con vos.
Él solo atinó a decir que no necesitaba más de un corazón para vivir y cerró la puerta.
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