lunes, 23 de septiembre de 2013

Carne y hueso.

Corta la delgada membrana que divide mi piel en el pecho, permite que la calidez de la sangre se vierta lentamente en lo que quede de mí.

Busca por dentro, observa si algo más que carne y huesos habita, quizá encuentres mi corazón; pero no el músculo sangriento, si no eso etéreo, que siente, se conmueve, se constriñe y odia.

No ha terminado y el dolor vuelve en una risa: recordando el calor del fuego por el cuerpo, escuchando murmullos, pronunciando verdades escondidas camufladas entre los ojos…


No ha terminado, las oscuras noches a solas, el abrazo a la almohada sin querer, el pensamiento apartado mientras la gente mira y el tiempo pasa.

Ahora es tiempo

Tantas horas,
Tantos días,
Tantas lluvias y esta luna llena hacen que piense,
Que me entregue a mi mente,
Que desnude mi alma ante mi propio espejo
Y tal vez ante la muerte misma.

Desvelada y con mis mejores amigos
Rindo un serio homenaje a lo que no fue,
A la certeza que tenía de no volver a ser igual.

Merezco más que esta oración,
Mi alma y mis entrañas me lo confirman;
En mi mundo hay tanto que rescatar
Que me duele quererlo destruir,

Pero a veces se debe empezar de nuevo… debo hacerlo.

martes, 17 de septiembre de 2013

Siempre a mi lado.

Vos siempre ahí, a mi lado...  entre amigos de adolescencia, en las locuras de cuando nos creíamos invencibles, en los secretos y las situaciones que ya no nos llenaban de orgullo.  
Vos siempre ahí en las distancias, en los tiempos cortos, en los prolongados.  
Ahí, en cada café, cada cigarrillo, cada caminata, cada cuerda reventada, en cada acorde de una improvisación, en cada juego, en cada risa... 
Ahí en cada tiempo, en tu tiempo...

In memoriam D.B.B.
8/10/1983-13/09/2013

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Rememorando...

Existen recuerdos para todas las personas, muchos de ellos crecen exponencialmente en tanto personas haya en el mundo.

Existen recuerdos pequeños que duran un minuto, mientras otros nos mantienen largo rato en una ensoñación melancólica.

Existen recuerdos tan muertos como el momento en que lo vivimos, en contraste, pueden aparecer otros tan vívidos que producen las mismas emociones de la primera vez.

El universo se ha encargado de dotarnos con memoria para atesorar uno a uno los momentos, los rostros y las sensaciones que pasan por nuestra piel.  

Parece estar latente por estos días el recordar, han llegado recuerdos de todas partes, memorias de tiempos mejores, fotografías mentales de lo que ya fue.  Historias felices, emocionantes, llenas de angustia y desesperación, historias eróticas y eufóricas que confirman la existencia de recuerdos para todos los seres, en todos los instantes... Y aquellos dulces te harán sonreír... pero hay recuerdos que son espinosos, esos pegan en los ojos y te hacen llorar.


miércoles, 4 de septiembre de 2013

Alguna vez tuve uno.

Alguna vez tuve un amor, uno de aquellos que son desesperados y perdidos por estar uno junto al otro, de aquellos que con una mirada podía encenderme en altas hogueras.
Tuve un amor que me despertaba y me deseaba las buenas noches.  Un amor que no olvidaba fechas, que me  elogiaba y me sobreponía a todo. 
Tuve un amor loco, apasionado y feliz, que en las madrugadas aparecía para verme dormir, para darme un beso, para oír mis silencios.  Un amor que caminaba kilómetros para verme y hacerme reír, era un amor que me hacía el amor. 
Pero ese amor se fue… partió como debemos hacerlo muchos, entre juventudes, tristezas, pero partió hacia otros horizontes, para encontrar a alguien más y ser feliz, para dejarme ser feliz.

También tuve un amor-amor, de esos que al encuentro me ayudó a crecer, que se integró a mí y a mi vida de tal manera que conocía cada movimiento, cada pensamiento, cada rincón de los sueños que quería convertir en realidad.  Un amor intelectual que me enseñó a leer, a escribir, a escuchar y a ser… De aquellos enardecidos y pícaros que en el momento menos esperado tejía un mundo de deseo haciéndome sentir en cada poro que podía latir y sentir la sangre recorriendo mi cuerpo.
El amor-amor aprendió de mí y me dio lo mejor de él.  Me reveló las emociones más simples y a su lado alcancé, al mismo tiempo, las más sublimes, desde las más diáfanas hasta las más ominosas.  Pero a ese amor le mentí, ese amor me mintió, perdimos más que la confianza, dejó de ser amor-amor, murió lentamente porque no pudo soportar la maldad.  Fue un amor perdido por mucho tiempo, dejó de ser amor, fue nada.

Alguna vez, tal vez no sólo una, tuve amor-sin amor, sólo porque alcancé la decadencia del ser, que busca sublimarse ante otro por pura diversión, porque en ocasiones no se sabe qué hacer con el cuerpo…  Ahí no tuve pérdidas o ganancias, emprendí el camino de exorcizar mi alma a través de mi cuerpo, con encuentros contundentes y voraces.  Pero ese amor-sin amor también acabó, también se fue desgastando, o quizá terminó de extraer aquellos diablillos que me habitaban, porque tan sólo lograron conocer el interior de mi carne, sólo eso, nada más…
Tantos amores durante tanto tiempo, amores que se creen infinitos pero sin duración, amores que buscan pero encuentran en otro lugar su esencia, estoy aquí en muchos lugares… no estática, siempre en movimiento… seguiré esperando que una composición hipotética, hasta onírica, de todos mis amores me encuentre primero que yo a él.