martes, 26 de febrero de 2013

Hora tras hora


Tantas horas,
Tantos días,
Tantas lluvias
Y esta luna llena hacen que piense,
Que me entregue a mi mente,

Que desnude mi alma ante mi propio espejo
Y tal vez ante la muerte misma.

Desvelada y con mis mejores amigos
Rindo un serio homenaje a lo que no fue,
A la certeza que tenía de no volver a ser igual.

Merezco más que esta oración,
Mi alma y mis entrañas me lo confirman;
En mi mundo hay tanto que rescatar
Que me duele quererlo destruir,
Pero a veces se debe empezar de nuevo… debo hacerlo.

domingo, 17 de febrero de 2013

Camino al fin


Con una flor en la mano que el viento al abrazar despedaza,
camino hacia la infinidad del mundo,
hacia el color que nadie ha visto,
en donde se queda quien va.

No hay ningún temor mientras el paso apresurado me acerca al final…
Mi corazón ya no late, pero se acelera, te miro y sé que estás ahí:
¡Oh claridad… muerte, para muchos oscura, para mí el paraíso!

Divagaciones en un día de septiembre


Muchas son las razones para pensar en el ser, tal vez la concepción que se tenga de este no sea la mas digna de ser revisada por expertos, tal vez no se le otorgue mayores acepciones y resulte lo mas banal que se encuentre. Todo parte de ahí, de lo que cada persona siente para vivir, de ese impulso inexplicable de actuar con o sin propósito… muchas personas pasan sus días dando vueltas en un terreno desconocido que termina por engullirlos, muchas otras tienen un punto tan perfecto al que llegar que desperdician placeres de su rededor para finalmente encontrar que su esfuerzo no trasciende en el tiempo; hay personas que descubren la importancia de vivir sin encontrar tan importante la vida, sólo pasan su tiempo frente a sí mismos sintiendo, disfrutando, dejando lo substancial en su haber, aislando lo trivial, encontrando en cualquier situación oportunidad para conocer.


Alguna de todas esas gentes seremos, en algún momento o quizá toda nuestra vida, terminaremos nuestros días realizando el balance del transcurrir de largos años, que parecerán pocos, de recordar las miradas de quienes entregaron algo a nuestros ojos, de evocar melodías e instantes que quedarán ahí, en el lugar que cada uno sabe, donde produce un dolor, un escalofrío, un temor, hasta un profundo odio…