¿Son tan filosas las preguntas en la cabeza?
¿Son tan pesados los reproches hasta conducir al duelo?
Ya me conozco como enamoradiza, melancólica y fácilmente decepcionada.
Recuerdo momentos en que mis sentidos no responden, me sumo en una completa infinidad, en mí.
Mi alma desbordándose por mis ojos y los recuerdos que me golpean pum pum pum.
La incertidumbre como buena amiga recordándome que donde estoy, no soy. Y, lo perenne de mis emociones, que hasta no terminarse, no son emanadas nuevamente.
El contraste de varias cosas opuestas, direcciones que se entrelazan una y otra vez.
El día y la noche agarrándose de sus astros. El cielo y el mar queriendo abarcar terrenos desconocidos. La oscuridad y la claridad reposadas en vino. El miedo y la valentía a turnos.
El efecto somnífero de su respiración.
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