¡Adoro tanto esa sensación de recordar tu cuerpo!
tus manos en mis piernas, tus labios en mi espalda.
Esa sensación al día siguiente
en donde me pierdo en el pensamiento de tu sudor,
tu respiración acelerada.
Adoro ese segundo después en el que suspiro
y
espero el impulso interno para acercarme
y quedarme dormida en tu pecho.
O la sensación de caminar de tu mano en cualquier plaza,
mirarte y oirte decir "¿qué?" mientras tu ceño se marca.
Sentir que miramos y disfrutamos del mismo cielo, eso lo adoro.
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