Las miradas, los roces intencionados, la piel,
todo lo que se dice en medio de ese contacto.
Las sábanas, las caricias, las miradas abrasadoras,
el desborde indescriptible de lo que no se nombra.
Los sueños, los suspiros, la niebla, las luces, la luna,
la carretera.
El café caliente, las tostadas, las pizzas, los susurros,
las miradas y la disfonía de la madrugada.
Las constelaciones en el firmamento y en la piel,
el pocillo negro en que aparece la navidad,
el cielo en una caja de ladrillo y cemento.
La cerveza, los bares, los conciertos y los cigarrillos,
cada minuto intensamente vivido,
cada beso estremecedor.
Un inventario debe ser una palabra para inventar - varios
o varias excusas, varias formas de quererte - nos, más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Cosas por decir...