Brinda
por mis lágrimas y tu tristeza,
por las canciones y la copa de vino que no nos
gustó.
Por las
madrugadas en un balcón,
por los viajes agarrada a tu espalda.
Brinda
por los juegos con la música y mi intento por sonar bien.
También
por quererte feliz,
por los malos chistes y las incoherencias en los
deportes.
Por el
vagón que nos vio tomarnos de la mano,
por el primer beso que me diste, por el
sudor de la primera noche.
Levanta
esa copa por los sueños reconstruidos,
por los miedos vencidos y la certeza de
no desfallecer.
Brinda porque te quiero
y aún no sé dónde dejar eso.
Brinda por
la realidad que buscamos cada día
y por la utopía a la que le perdimos fé.