domingo, 17 de febrero de 2013

Divagaciones en un día de septiembre


Muchas son las razones para pensar en el ser, tal vez la concepción que se tenga de este no sea la mas digna de ser revisada por expertos, tal vez no se le otorgue mayores acepciones y resulte lo mas banal que se encuentre. Todo parte de ahí, de lo que cada persona siente para vivir, de ese impulso inexplicable de actuar con o sin propósito… muchas personas pasan sus días dando vueltas en un terreno desconocido que termina por engullirlos, muchas otras tienen un punto tan perfecto al que llegar que desperdician placeres de su rededor para finalmente encontrar que su esfuerzo no trasciende en el tiempo; hay personas que descubren la importancia de vivir sin encontrar tan importante la vida, sólo pasan su tiempo frente a sí mismos sintiendo, disfrutando, dejando lo substancial en su haber, aislando lo trivial, encontrando en cualquier situación oportunidad para conocer.


Alguna de todas esas gentes seremos, en algún momento o quizá toda nuestra vida, terminaremos nuestros días realizando el balance del transcurrir de largos años, que parecerán pocos, de recordar las miradas de quienes entregaron algo a nuestros ojos, de evocar melodías e instantes que quedarán ahí, en el lugar que cada uno sabe, donde produce un dolor, un escalofrío, un temor, hasta un profundo odio…

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