Muchas
son las razones para pensar en el ser, tal vez la concepción que se tenga de
este no sea la mas digna de ser revisada por expertos, tal vez no se le otorgue
mayores acepciones y resulte lo mas banal que se encuentre. Todo parte de ahí,
de lo que cada persona siente para vivir, de ese impulso inexplicable de actuar
con o sin propósito… muchas personas pasan sus días dando vueltas en un terreno
desconocido que termina por engullirlos, muchas otras tienen un punto tan
perfecto al que llegar que desperdician placeres de su rededor para finalmente
encontrar que su esfuerzo no trasciende en el tiempo; hay personas que
descubren la importancia de vivir sin encontrar tan importante la vida, sólo
pasan su tiempo frente a sí mismos sintiendo, disfrutando, dejando lo
substancial en su haber, aislando lo trivial, encontrando en cualquier
situación oportunidad para conocer.
Alguna
de todas esas gentes seremos, en algún momento o quizá toda nuestra vida,
terminaremos nuestros días realizando el balance del transcurrir de largos
años, que parecerán pocos, de recordar las miradas de quienes entregaron algo a
nuestros ojos, de evocar melodías e instantes que quedarán ahí, en el lugar que
cada uno sabe, donde produce un dolor, un escalofrío, un temor, hasta un
profundo odio…
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