La casa
Esta casa no le pertenece, como no le pertenecía aquella que habitó hace un año…
y la anterior... y la anterior a la anterior.
Es simple: la búsqueda que le ha traído a este punto vital también le ha confrontado con temores, le desprovee de la seguridad que tanto cuidó.
Cuatro paredes, la habitación
Estas nuevas paredes aún no tienen sus sellos, ni sus huellas.
Esta cama aún dormida le aleja de otras noches.
Le invita a pensar y recuerda que le faltaron lunas para habitar otros muros, otras sábanas.
En estas nuevas paredes intenta dibujar algo más que nostalgia al no hallar ningún recuerdo.
El balcón
Los atardeceres se hicieron más cotidianos.
Las tardes lluviosas de los domingos deprimentes
tomaron el lugar de aquellos sábados pasados por licor de uvas
y música contemporánea.
Todo lo que se podría desperdigar en el silencio
se hizo el mismo silencio.
Las baldosas que recubrían el balcón de enfrente
se desplomaron en una noche donde la amistad no se contuvo a sí misma.