No sé qué le pueda pasar a un corazón obtuso y oscuro, no sé si después se deba pagar por lo vivido o
anticipadamente las cuotas habían sido puestas sobre el porvenir.
No sé por qué al alegrar la vida de este modo aparece el miedo, sé que no importa el olvido después, si mientras duró se fue enormemente feliz.
Hallo razón en que merezco un querer alivianado, pero también merezco el secreto, sin la mirada de nadie… que se quede
entre los ojos y sólo el aire sea el puente para llevar hondos suspiros.
No quiero amores de largo tiempo si van a desaparecer las mariposas y los largos alientos. No quiero un amor si se permite a la
rutina configurarme como parte de un paisaje estático y lleno de miedos.
Prefiero que el querer esté lleno de pasiones
desbordantes, de risas a carcajadas y juegos absurdos, así no se olvida
fácilmente… Y de ser así, pues que sea fácil y tranquilo el olvido.
Te traigo con el sabor del café en
mis labios, se queda un buen rato y pasea conmigo por el camino que
transito mientras pienso.
Y descubro que somos eso que va más allá
del placer.
Somos la energía circulando al ritmo dictado por latidos agitados.