Disfrutando lo
fugaces que se convierten los momentos de la vida… disfrutando un delicioso
platillo alrededor de varios recuerdos, la música del fin de semana y una
cuantas cervezas. También vuelven a mí
varias palabras de aliento en momentos difíciles, entre lágrimas y risas, entre
impotencias interminables…
Alguna vez, a la
espera de un largo viaje en medio de la noche con la única misión de dar un
fuerte abrazo, de esos que hacían que el mundo cambiara, de esos que hacían los
días luminosos y tranquilos, que aquellos lluviosos se vivieran con más energía.
Sintiendo tal
vez, las palabras con otro sentido, las miradas con una intención distinta a
sólo observar, pude recordar el roce ingenuo de la piel ante una copa de vino o
el caluroso beso fraternal de buenas noches.
Pero es tan fugaz
la vida que un día, simplemente, te das cuenta de lo que realmente quieres y
unos pocos minutos no bastan como muchos años, para inclinar la balanza del
lado que se desea.
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